La necrópolis altomedieval de Santa María de Tejuela se encuentra en el termino municipal de Villanueva Soportilla.
Para llegar desde Burgos cogemos la Autovía N1 y salimos en Pancorbo para seguir por la N-1 hasta llegar a la carretera BU-525, la carretera a Bilbao por el puerto de Orduña, tras recorrer 83 kilómetros desde Burgos, llegamos a Villanueva Soportilla, enclavado en el Parque Natural Obarenes San Zadornil.
Dejando el coche en el pueblo se puede hacer el camino por una pista bien señalizada y si lo deseamos podemos acceder a la necrópolis en coche, donde encontraremos una zona de aparcamiento.
La necrópolis se encuentra sobre una plataforma rocosa y muy cerca del rio Ebro rodeada por una frondosa vegetación de encinas y quejigos.
En este lugar hubo un asentamiento entre los siglos VIII-XI, un asentamiento, por lo que ha demostrado las excavaciones, dedicado a la agricultura y la ganadería y aprovechándose del enclavamiento con las montañas alrededor y el Rio Ebro, para su sustento.
Esta primera comunidad vivía unida en torno a la religión cristiana, acentuado por la creencia del fin del mundo en el día del juicio final.
En este enclave se han hallado 340 tumbas y tres sarcófagos así como restos de un pequeño poblado, los restos de un templo y un edículo (un pequeño templete que sirve de tabernáculo relicario, como lugar mortuorio o de lavado de los cadáveres ) . Cerca de este edificio había un hoyo grande, hoy tapado que serviría para almacén de grano como silo.
Gracias a las excavaciones se sabe que los pobladores del lugar construyeron un templo en el centro de la plataforma rocosa y el cementerio.
El templo fue la parte de poder mas importante del poblado tanto en la vida religiosa como en la organización de la aldea, por lo que los muertos debían estar lo mas cerca de este poder sagrado.
Podemos imaginarnos cuando el oficiante celebraba sus ceremonias desde el santuario, un lugar inaccesible para el pueblo rodeado de un halo de misterio, era un lugar oscuro, reducido e intimo solo para el oficiante. Gracias a las excavaciones se sabe que tenia un pórtico que cubría la mayor parte de los enterramientos infantiles.
VISTAS DE VARIAS TUMBAS
Los cristianos de la edad media, creían que la dureza de la roca preservaría los cuerpos hasta el Dia del Juicio Final. Donde al amanecer llegaría la resurrección de los muertos.
Para excavar estas rocas y hacer las tumbas primero se marcaba el contorno del cuerpo en la roca, orientando la cabeza al Oeste y los pies al Este, para que el difunto mire al amanecer. Después por medio de cuñas, azuelas y piquetas se vaciaba la roca. Una vez realizado se coloca al difunto en su interior y se cubre con unas tapas de cubierta normalmente lajas de piedras, y un hito de piedra llamado estela.
El ritual se inicia con el lavado del cadáver con agua purificadora para limpiar sus pecados. El difunto se coloca con los brazos y piernas extendidas o cruzando los brazos sobre el pecho o abdomen y envuelto en un sudario , sin cajas adornos ni nada.
Los enterramientos de Santa María de Tejuela se encuentran por todo el roquero y hay varios tipos, mas de la mitad son rupestres y tiene forma de bañera o forma humana (antropomorfa),mientras las demás están construidas con lajas de piedra o son mixtas , rupestres y lajas , los tres sarcófagos hallados pertenecían a gente notable de la comunidad.
Las tumbas de los niños mayormente se agrupaban junto al templo, también hay agrupamientos seguramente pertenecientes a núcleos familiares.
En la base del roquedal podemos apreciar los vaciados realizados donde se acoplaban algunas viviendas semirrupestres, realizadas con madera y paja
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